Dicen, que ante cualquier experiencia que genere un impacto alto en nuestra vida, las personas podemos elegir la manera en cómo la vivimos y, de este modo, cómo la integramos en nuestra biografía. Podemos vivirla como imposibilidad o como oportunidad, como carencia o abundancia, como daño o como desafío.

Dicen también que la elección de mi mirada ante una situación depende de cómo me relato la experiencia de este. Y su importancia es máxima para que este hecho no quede aislado en el continuum de mi vida, como una brecha sin enlace entre el antes ni el después…un vacío de sentido.

Y para poder dar sentido a hechos y situaciones que carecen de este, las personas necesitamos narrarnos la vida en presencia de otras personas, en presencia de la comunidad. Porque el relato personal es comunitario y es fundamental para tejer de nuevo el hilo conductor de nuestra narrativa.

Esta es la base de nuestra propuesta. Estamos viviendo algo único como individuos y como comunidad humana con toda esta situación de la pandemia global por el Covid-19 y todo lo que está derivando: confinamiento, restricciones totales y parciales, impactos económicos, sociales y emocionales…un quiebre en nuestra temporalidad de vida, en nuestra narrativa personal y mundial.

Por ello, creemos en la necesidad de juntarnos para compartir, de crear un espacio grupal donde poder integrar y elaborar la experiencia que estamos viviendo estos meses y su impacto en nuestra vida.

Un espacio seguro e íntimo dónde recuperar la cercanía con las otras personas a través del relato personal de este tiempo. Un grupo que permita ampliar la mirada de todas las personas participantes viviendo las diferencias y similitudes y la diversidad propia de cada ser y cada etapa vital.

Ante el distanciamiento social…contacto emocional.

4 sesiones semanales o quincenales de 4 horas con un grupo de 6 a 15 personas a partir de los 18 años.

Apostamos por lo intergeneracional ya que creemos que la mirada de cada etapa vital puede ser apoyo y riqueza para afrontar este tiempo al ser una experiencia que nos está tocando vivir a todos y todas al mismo tiempo y sin distinción de edad.

En cada sesión se ofrecerá un espacio que atienda a las necesidades de sus integrantes a través de una metodología abierta, dinámica, participativa y experiencial.

Se acompañará en las cuestiones que vayan surgiendo en el momento poniendo a su alcance un lugar seguro dónde poder descansar y compartir sus preocupaciones, dificultades y logros.

A través de las diferentes propuestas realizaremos un viaje hacia el mundo interno y emocional de cada participante y del grupo para favorecer la elaboración del impacto de este tiempo en la vida personal y comunitaria.

En cada sesión se propone una dinámica como motor de arranque y excusa para conectarse y favorecer el compartir de cada persona. 

• La línea de la vida del confinamiento. A través de esta herramienta se tratará de reelaborar el periodo de confinamiento para poder integrarlo como parte de la vida. Se acompañará a cada persona para que puedan tomar conciencia de las cosas que han acontecido en este tiempo y poder así rescatar todo aquello que les sea útil para la vuelta a la “normalidad” y también detectar todo aquello que quieran dejar atrás.
• El duelo. Además de darle lugar a las pérdidas físicas que cada cual está viviendo en este tiempo (seres amados, laborales, emocionales, económicas) pondremos el enfoque en la pérdida de mi vida “antes de” y en el cambio que esto está generando en cada cual.
• El mito de la caverna. A través del mito de la caverna de Platón trabajaremos los miedos que nos han paralizado este tiempo y los que nos paralizan y no nos permiten atrevernos a buscar nuevos retos, a realizar cambios.
• Deconstrucción y creación. Trabajar el imaginario de futuro, conectar con el infinito de posibilidad que hoy y siempre está a nuestro alcance y que hoy se ha hecho evidente y palpable.

Más información e inscripciones: T. 630 226 722